lunes, 10 de agosto de 2015

Sola y sin ti



Y saltó sola y porque no le quedaba más remedio. Dos segundos antes reflexionó acerca de ello, pero finalmente decidió lanzarse hacia el vacío y conquistar así todo aquel saco de miedo que llevaba dentro. Quería volar, olvidar de ser ella misma, ser capaz de expulsar el campo de lirios que la tristeza había sembrado en su corazón. Arriesgar su vida nunca había sido tan atractivo como en aquella ocasión. Ojalá pudiera inventarme como hizo mi madre, pensaba ella. ¿Acaso no somos todos iguales? ¿Por qué la felicidad nunca me adoptado como al resto?, se martirizaba. Y es que para ella el azul del cielo ya no era bello sino una mancha de repelente tinta negra, mientras el sol era un esclavo que acataba las órdenes de quién sabe quién. Con todo se lanzó porque creía que nadie la quería mas no sabía que la que no se quería era ella y eso es lo que realmente la impulsó a purificarse y también solucionarse. 
A veces no hace falta recorrer kilómetros para comprender que vivir es aprender a andar sobre ti.

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