Si la vida son dos días, ¿por qué nos pasamos la mitad durmiendo? hay tantas historias que merecen ser vividas que a veces creo que somos demasiado estúpidos por dejarlas pasar. Ojalá algún día los recuerdos nos den una bofetada y nos impulsen a vivir con mayor intensidad todos los momentos que pasamos y todos aquellos que tenemos que vivir. Confío en que algún día aprendamos que la felicidad no solo es pretérito sino también futuro y condicional, y subjuntivo y todas las conjugaciones verbales posibles. Qué ironía, ¿verdad? Me pregunto si habrá algún método para poder quebrantar todo el llanto que causan los recuerdos, los anhelos y también los deseos. Sí, soñar está permitido, pero las ofensas para el alma deberían estar prohibidas. No sé si el mundo estará feliz algún día, pero confío en los corazones y sobre todo en el amor y en el aleteo de sus mariposas y creo que por esta razón algún día todo funcionará un poco mejor. Es posible que algún día el Norte pueda entender las excusas del Sur, que los políticos se engalanen de sentido común, que a pesar de querer exprimir más nuestras vidas sigamos durmiendo tanto como dormimos, que continuemos disfrutando de ese minúsculo trocito de cielo que nos brinda la esperanza, que incluso tras la revolución tecnológica que estamos viviendo sigamos temiendo a las declaraciones de amor y a pedir perdón, pero espero que nunca rechacemos a esta belleza de vivir.
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