viernes, 22 de mayo de 2015

Esperanza


Sé que no puedo, pero ojalá pudiera hacerlo. El mundo está enloqueciendo y esto está suponiendo un grave problema. Las reglas de la lógica con las que mis padres cimentaron mi educación se encuentran plenamente confundidas, un tanto desorbitadas, descaradamente perdidas. Mi alma se encuentra en bancarrota de tanto desamor acumulado. Por las mañanas me levanto de la cama con la boca perfumada de melancolía y me arrepiento de haber invertido tanto tiempo en el mercado de los sueños. Hablar con desconocidos se ha convertido en mi mejor pasatiempo y eso que detesto el abismo de sentirme poco querido.     Me gustaría pensar que estás más cerca de lo que realmente estás, pero el frío de las sabanas es peor que una tortura china. Por las noches trato de ignorar que sentirte cerca es el veneno que está acabando conmigo, pues bien sé que es una mentira explosiva, pero todo sigue igual de loco, igual de incierto (qué traicioneros son los sueños). De verdad, me estoy volviendo loco y como sea por tu culpa, prepárate porque te voy a conquistar. 

(Esperanza)

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