Los perros lloran. Suelen hacerlo cuando las mariposas cobijan sus alas coloreadas bajo su piel. Aroma de atardecer. Ésa es la fragancia que les incita a derramar lágrimas por el ayer. Del mismo modo que los humanos abrimos nuestras manos, los perros también rezuman melancolía: agua marina.. Aprovechan la ocasión y no la dejan perder. Se liberan de las endorfinas que han impregnado sus cuerpos menudos. Un leve forcejeo de retina es suficiente para exponer sus sentimientos a flor de piel. Poco después, infinitas gotas se deslizan en forma de río por su tierna sien. A su paso, el sol recoge sus cabellos dorados. Atardecer, dulce atardecer, Uno de los múltiples bichitos de la naturaleza que presume de su hacer y que hasta en los ojos perrunos deja la lluvia caer.
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