domingo, 26 de abril de 2015

Nos pusimos a soñar



Nos pusimos a soñar porque no teníamos más opción. Momentos atrás vivir se había convertido en una especie de laberinto del que era prácticamente imposible escapar. Un sinfín de muros, murallas y pasadizos secretos se extendían frente a nuestros ojos mareados. La señora lógica nos había abandonado al lado del río y no sabíamos ni por donde ir, ni qué hacer y decidimos que acostarnos era la mejor vía de escape a ese mundo desvencijado. Siete minutos fueron suficientes para rendir culto al centro del universo, cabalgar por rías de ilusiones, digerir dos litros de cóctel dulzón, deambular por tres cavernas totalmente iluminadas, contemplar el vuelo de tres unicornios. Nos pusimos a soñar porque era la mejor opción que teníamos. Y es que a veces vivir también es sinónimo de morir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario