Te echo de menos y no sabes cuánto. Los días como hoy deberían estar prohibidos. ¿Por qué el sufrimiento solo entiende de debilidades? ¿Por qué la belleza de las cosas se esconde cuando más la necesitas? ¡Quien pudiera sentirse querido cuando el mundo le da espalda! Pero no, todavía no hay respuesta para ese enigma ni tampoco solución para querer olvidarte. Creo que echarte de menos seguirá latiendo en mí hasta que ya no crea en los recuerdos. Ojalá pudiera abrazarte ahora mismo y sintieras todo el frío que recorre mi piel. Ya pueden cortarme las venas que diría que toda mi sangre te la llevaste tú. Apenas consigo articular los dedos y modular la voz se ha convertido en una retahíla de intentos fallidos. Me pregunto si tú también sientes lo mismo o si ya tendrás a un nuevo vencedor que te acaricie el pelo y te endulce el cuerpo. Quizás no entendí nada de lo nuestro y por eso esté sufriendo tanto. No lo sé, pero si de algo estoy seguro es que el desamor es el peor continente de esta tierra y sino que se lo pregunten a mi corazón.
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