martes, 7 de abril de 2015
El mundo te quiere
Hay días en los que lo tirarías todo por la borda. Días en los que tu mundo se paraliza y se convierte por unos instantes en un conjunto de desperdicios, retales, tristezas, negaciones, pérdidas, soledades, tensiones, putrefacciones, abandonos y dolores. Sientes que tu corazón va a explotar de tanto sufrir y de una manera u otra tratas de evadirlo de esta realidad, pues no quieres que se ahogue en un mar de lágrimas como esa última vez. Agotas todas tus fuerzas y exprimes al máximo tus ganas de vivir parar poder mantenerte vivo, y suspenderte en el vacío sin caer en el precipicio. Puede que hayas pasado por esta situación o que justamente hoy estés siendo víctima de ella. Por ello quiero dedicarte este texto, estas palabras. Alguien me dijo que cada vez que se encontraba en esta situación digería un par de bocanadas de aire fresco, agreste. Yo, sinceramente, creo que receta infalible para menguar esta sensación es disfrutar de ella, recrearte. Y es que no hay nada mejor que plantarle cara al miedo. ¿Por qué no reír? ¿Por qué no cantar? El dolor es más bello cuando lo saboreas, ¿no crees? Va, no te rindas, por favor. Siempre soñaste con ser una sonrisa andante y volar hasta que la noche te tumbara de agotamiento. Venga, no te rindas: corre, ríe y sal a dar una vuelta. ¿Quién lo hará si no lo haces tú? Ojalá pudiera ser tu salvavidas, pero no puedo. Anda, corre, salta, ríete, ponte a bailar y vuela alto, muy alto, que el mundo me ha dicho que te quiere mucho y el sol que no quiere verte nunca más llorar.
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