Por idiotas

Fuimos tan idiotas que decidimos dar la vuelta al mundo a golpe de deseo. Nos importaba un carajo el resto del paisaje y por ello decidimos convertirnos en unos auténticos idiotas, bobos o cualquier otra denominación posible dentro de los límites del "te quieroconmigotodamivida". Por nuestros ojos resbalaban las miradas de todos aquellos que se avergonzaban del amor así como la de todos los amantes del odio amoroso y nuestra piel unida era como el beso más bonito. Nos quisimos como si el amor solo existiera entre nosotros: dándolo todo para ser náufragos de esa única isla en la que no cabían más que dos corazones locos por ahogarse en la boca de un mismo mar. Aprendimos a prescindir del aire de los extraños y conseguimos cazar un par de estrellas (una de ellas todavía reposa sobre el cabezal de la cama). Nos enamoramos de lo peor de nosotros y eso fue lo más bonito de todos nuestros versos.