sábado, 7 de junio de 2014

¿Qué quieres?

No hay momento en el que no deje de pensar en ti. Tu figura se me presenta fulgurante y repiquetea con fuerza en el acantilado de mis sentimientos. ¿Qué querrás de mí? ¿Por qué no desapareces y te fugas cuál reo de prisión?  Atrás quedaron aquellos abrazos desnudos de afecto y aquellos mensajes de plácido regocijo, en los que destilabas tantas barbaridades como impertinencias. Sin embargo no hay momento en el que no deje de pensar en ti. Por las noches, antes de acostarme en el lecho, un hilo de murmullos de cristal se adentra por el orificio de mis oídos, incitándome a pensar en ti. ¿Serán tuyos estos silencios de palabras disfrazados de susurro? ¿Cómo eres capaz de hacerme sentir que sigues viva? La personalidad de tus ojos continua presente en las lágrimas de mis pupilas, ahora  eternas llamas de melancolía. 

¿Quieres algo? Si es así, por favor, escríbeme.

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