lunes, 6 de febrero de 2012

VI. No tengo dinero



 Hey tío, qué tal? Cómo va todo? lo siento mucho pero este finde no podré salir. Me sabe mal, pero no tengo dinero. No creo ni que pueda salir a tomar una copa, estoy sin un puto duro. Necesito que llegue fin de mes YA! Lo siento eh, nos vemos pronto.

Abrazo,

Edu 
* * * *

Esta es la carta de presentación de una parte de la juventud española. Jóvenes bien posicionados que viven en casa de sus padres, disponen de un contrato de trabajo, un salario mínimo y ante todo, edad para poder exprimir el zumo de la vida. 

Esta imagen es una realidad y, aunque parezca surrealista, convive en nuestra sociedad. Surrealista porque la retina de nuestros ojos se niega a engullir esta imagen, al menos la mía. ¿En qué deben gastarse el salario estos jóvenes? ¿ Viviendo en casa de sus padres, qué gastos deben tener para poder despilfarrar un salario en varias semanas? Quizás es que fuman tabaco con tal preciado papel. Cada mes reciben en su nómina una cifra considerable de dinero y no tienen dinero ni para ir a tomar un café al bar Manolo. Ni para una copa nocturna en el bar de la esquina. No, no, porque ellos nunca tienen dinero, van apurados.
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La verdad es que me impacta que la crisis conduzca a la sociedad hasta estos extremos. Según la economía nacional, el consumo ha caído en un foso y parece que no puede levantarse. Pero entonces, si no se consume, en qué derrocha el dinero este eslabón de la sociedad, tan activo y sin cargas tan rudas como las familiares? Si apenas reparan en gastos, donde va a parar su capital? En compras fugaces a tiendas de lujo? En viajes a Malasia? En bebidas alcohólicas?  Considero que ninguna de estas preguntas requieren de una respuesta, pues esta está clara.

En realidad, sí que disponen de dinero. Sus cuentas corrientes rebosan de euros como los sacos del tío Gilito.Lo que pasa es que la crisis ha podido con ellos, les ha manipulado y les ha incitado a unirse al club de la mentira y ellos han aceptado. Total, no pierden nada. Al contrario, salen beneficiados, pues cada vez que afirman ''no tengo dinero, hay crisis'', en su interior brota una sensación de confort y tranquilidad, pues es una frase que suena bien y que derrocha categoría. Si digo que no tengo dinero, soy más cool.

Una excusa más, que les ha convertido en capitalistas decimonónicos, como Gilito. Y más aún si pensamos en el otro lado de la moneda. En gente que desgraciadamente sí que está en paro y que lo está pasando verdaderamente mal, pues su carro arrastra el peso de toda una familia, comedores de colegio y cumpleaños de los suegros.

Todos sabemos que la actual recesión está infectando nuestra sociedad y que hace falta una varita mágica para poder volver a la bonanza de antaño. Pero sabemos que todavía tenemos que sembrar. Lanzar las semillas sobre esta tierra dañada, a fin de que el tiempo, la experiencia y la lógica nos ayuden a cultivar un país henchido de esperanza y bienestar.  Si hay algo claro, es que tenemos que cambiar.

Y es que les encanta ser el centro de atención. Pues, ya lo sois, pero en una vertiente un poco más absurda. Así, ni se crece como persona, ni harás crecer al país, que buena falta le hace, pues en unos años vas a tener que cotizar a la Seguridad Social lo nunca visto. Así que saca tu dinero, métetelo en el bolsillo y regocíjate de la suerte que tienes.

Disfruta de tu dinero y no de la crisis.





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